jueves, 25 de febrero de 2010

Instrumento público de concordia entre el Concejo de Viejos de la villa de Belchite y el convento de San Agustín

Belchite. Antigua Casa de la Villa (En el centro)
“Instrumento publico de concordia entre el concejo de viejos de la villa de belchite y el convento del Señor Sanct Agustin de la dicha villa de la parte otra”

El escrito tiene tres partes principales. En la primera se da cuenta de la reunión del Concejo en la casa de la villa, previo pregón público, con relación de sus componentes y actuando el notario Pedro Batista con los testigos.
“In Dei nomine sea a todos manifiesto que llamado convocado y ajuntado el concejo e Universidad de los Justicia Jurados y singulares personas assi de hidalgos como de signo servicio de cristianos viejos vecinos y habitadores de la villa de belchite por mandamientos de los Justicias Jurados de l[a] dicha villa… intervinieron y fueron presentes… et primo nosotros Miguel descuel Justicia Juan falcon jurado de hidalgos miguel bronchales y Juan Pascual jurados Domingo Ortin mayor en dias pedro Sotillo y luis de altolaguerri, joan bernete, nicolas Sanchez, Juan Ximenez, Domingo Ortin menor , Juan de Mendieta, diego gomez, Antón de aragues, Gregorio bernad, miguel de aragues, pablo bernad, pedro valenciano, Juan batista tornero, pedro aleman, Lorenzo mayayo, Juan plaza, nicolas de tardez, Juan Ortiz menor, alonso seron, antón abad, esteban de soto, miguel de murillo mayor, miguel de peña, Antón de la cabrera, miguel de murillo menor, andres del bado, marco Sebastián, Juan de Villabona, Antón Toledo, agustin marin, Juan de [a]palategui, roque aranda, pedro escobar, miguel falcon menor…” y Alonso Sotillo, corredor [pregonero] público.

En la segunda parte se describe la reunión de los miembros del convento de San Agustín, establecido ya en Belchite “convocado… por mandamiento del muy Rdo. Padre fray tomas de antillon prior del dicho monasterio por tañimiento de campana según que del dicho tañimiento consto a mi dicho pedro batista notario presentes los testigos… Et ajuntado el dicho capitulo en la iglesia del dicho convento en donde otras veces para tales y semejantes actos que el presente el dicho capitulo llegar y ajuntarse ha acostumbrado… intervinimos y fuimos presentes… el primo yo dicho fray tomas de antillon prior del dicho monasterio, fray miguel mur, fray basilio tolza, fray pedro marey, frailes del dicho convento…”

En la tercera parte se reproduce la “… capitulación si quiere concordia… hecha tractada y concordada entre las dichas partes en et cerca las rentas y cosas de la ermita de nra Señora del Pueyo… la qual es del tenor siguiente.
Primeramente es pactado y concordado entre las dichas partes y cada una dellas que los dichos prior frailes y convento del Señor Sanct Agustin de la dicha villa de Belchite hayan de renunciar según que por tenor de la presente capitulación y concordia renuncia a favor de la dicha ermita de nra Señora del Pueyo todo el d[er]echo causa instancia y action que dicho convento de Sanct Agustin tiene y le pertenece y pertenecer le puede y debe en qualquier manera en todos y qualesquiere bienes asi mobles como sitios drechos y acciones tocantes a dha ermita de nra Señora del Pueyo que hasta el presente dia de hoy han tenido y poseído dichos frayles y convento con tal pacto y condición que de parte de dicha villa de belchite por tenor de la presente obligación se obligan a hazer seguras las rentas de la yerbas de los majuelos sitiados en los terminos de la dicha villa dehesa de dicha ermita de nra Señora del Pueyo estos dos años es a saber la que se arrendó el año proximo pasado de mil quinientos nobenta y ocho y la que se arrendará este año presente de mil quinientos nobenta y nuebe de darselas a dicho prior y convento de dicho monasterio por entero pagando primero los dichos prior y convento los cargos de los guardas de dichos majuelos de la arrendación de las dichas yerbas y de dichos dos años adelante que comenzaran de venderse dichas yerbas de dicha dehesa el año primero teniente de mil seiscientos es pactado y concordado entre las dichas partes y cada una dellas que todo el dinero en que se vendiesen dichas yerbas que sacandose parte el salario de los guardas de dicha dehesa y majuelos lo que se les ha acostumbrado pagar siempre lo que quedare se haya de partir medio llebando la metad de dicho dinero el dicho convento de Sanct Agustin y la otra metad dicha ermita de nra Señora del pueyo.

Item es pactado y concordado entres las dichas partes y cada una dellas que en caso de que se fiare dichas yerbas haya de ser el primer plazo para los dichos prior y convento del dicho monasterio que son y por tiempo seran y esto para perpetuo salvo que este año presente de mil quinientos nobenta y nuebe puedan hazer los dichos prior frailes y convento de dicho monasterio los plazos a su contento.



Item es pactado y concordado entre las dichas partes y cada una dellas para perpetuo que en dichas vendiciones y capitulaciones que se haran del dicho año de mil seiscientos en delante de dichas yerbas de dicha dehesa no tengan que entrometerse ni se entrometan los dichos prior y frailes y convento de dicho monasterio que son y por tiempo seran en dichas ventas sino tan solamente las hayan de vender y vendan los seis y los mayorales del plano que son y por tiempo seran como se ha acostumbrado hasta aquí.

Item es pactado y concordado entre dichas partes y cada una dellas que todos los trehudos caidos de dicha ermita asi de dineros como de azeyte hasta por todo el año de mil quinientos nobenta y ocho sean para dicho monasterio y los que caeran de alli adelante con las propiedades de dichos treudos queden para la dicha ermita como en otro capitulo esta dicho.

Item es pactado y concordado entre las dichas partes y cada una dellas que de parte del dicho convento se hara de traer decreto para la presente concordia de su provincial o vicario provincial y de parte de dicha villa del Illmo. y Rmo. Arzobispo de Zaragoza”.

Las partes se obligaron a cumplir todos los pactos contenidos en el presente documento desde la primera hasta la última línea del mismo y ofrecieron como garantía todos sus bienes y rentas.

“fecho fue aquesto en la villa de belchite a veinte y dos dias del mes de henero de del año contado del nacimiento de nro Señor Jesucristo y mil quinientos nobenta y nuebe a lo qual fueron presentes por testigos francisco de andarra obrero de la villa y amau de loran pastor habitantes en la dicha villa de belchite…”
JULIO MARTÍN BLASCO

Julio Martín Blasco.- P. Manuel Barrueco Salvador (OSA).- EL CONVENTO DE SAN AGUSTÍN DE BELCHITE (Zaragoza). Datos para su historia (1594-1994)
Agradecemos a José Ramón Muñoz Cano el envío de la foto de la plaza Nueva de Belchite.

martes, 16 de febrero de 2010

EL MOJÓN DEL LOBO





Fotos.- Vista interior de dos de las bocas que daban a Belchite.
Vista interior mirando hacia Lécera.
Agradecemos a Jaime Cinca Yago el envío de estas fotos


EL MOJÓN DEL LOBO

Recuerdo que el nombre de MOJÓN DEL LOBO nos producía profundo miedo y temor, allá por los años 1936 y 1937, cuando la artillería allí instalada por el ejército republicano lanzaba sus proyectiles sobre el pueblo de Belchite. Se trata de una elevación del terreno de 630 m. situada al sur de Belchite, a una distancia de unos 3 kms pasado el río Aguasvivas y en dirección a Letux.

Desde el puesto de observación, instalado en la torre de la parroquia de San Martín (y desde otros lugares, como el Saso) podían verse las cuatro bocas abiertas en la roca por donde salían los proyectiles en dirección a Belchite. Cuando atacaba la aviación (al principio, sonaba entre la población el nombre del “Pintamantas”) corríamos a las cuevas y refugios. Nosotros, desde el Ferial, íbamos a una cueva situada en la era del tio Cazuelas. Desde allí se veían cruzar los proyectiles que, disparados desde el MOJÓN DEL LOBO, pasaban de largo. Y algunos espectadores, más atrevidos, se acercaban a los Altos de Santa Bárbara para verlos mejor.

Emilio Oliver Ortiz (Emociones de un sitiado, Belchite Regina martyrum, pág. 97) dedica un capítulo al MOJÓN DEL LOBO. “El enemigo ha hecho profundas excavaciones en el Mojón. Desde el pueblo se ven, a simple vista, cuatro amenazantes bocas abiertas en la peña. Por ellas tienen enfilados cuatro cañones. En los días de paréntesis, de tranquilidad, el Mojón parece un monstruo mitológico de cuatro ojos que mirase ceñudo, hipnotizador, al pueblo tranquilo y hacendoso que tiene a sus pies. Cuando… cañonea a Belchite… se ven salir por sus cuatro ojos miradas de fuego, de odio y de muerte…”

También desde Belchite disparaba la artillería del Saso contra el MOJÓN DEL LOBO. El Capitán De Diego cuenta en su libro BELCHITE pág. 82, que había un ofrecimiento, por parte del alcalde Ramón Alfonso Trallero, de regalar cinco duros al grupo de artilleros que hiciera blanco en las instalaciones del MOJÓN DEL LOBO. Un día recibió el alcalde una llamada telefónica invitándole a que subiera a una azotea y comprobase la humareda que procedía de una de las bocas del Mojón. Habían acertado el disparo sobre unas cajas de municiones y, como consecuencia, quedó inutilizada una de las piezas de artillería, con el consiguiente alborozo de la tropa de Belchite.

En el asedio que sufrió el pueblo antes de ser ocupado por las tropas del general Pozas, ya no disparaban los cañones del Mojón del Lobo, probablemente por el temor de dañar a los asaltantes. Ahora es un lugar visitado por los excursionistas que llegan hasta allí. Recuerdo que, por el año 1945, íbamos de paseo por la carretera del Saso y todavía se veían algunas de las defensas contra los tanques: unas vigas de hierro, clavadas oblicuamente en la tierra, que impedían el paso de los tanques, obligándolos a circular por los sitios que interesaba a los defensores; y unos pozos, en forma oval, la mitad cubierto y la otra mitad descubierto para que el defensor pudiera asomarse y lanzar una granada contra el atacante. No hubo tiempo para utilizar estas defensas.

En la torre de la antigua parroquia de San Martín los arcos pequeños que cobijaban las campanas aparecen destruidos y quedan solamente cuatro grandes aberturas deformes. Muchas veces me he preguntado si tal destrucción fue resultado de los disparos de obuses que recibió o fue una acción premeditada para tener más visibilidad cuando venía la aviación enemiga.

Cuando ya habían empezado las hostilidades, creo sería en el verano de 1937, colocaron una guardia de paisanos en la torre para avisar a la población la llegada de la aviación enemiga. En una ocasión le tocó a mi padre la guardia con otros paisanos y fuimos a llevarle la comida. Quiero recodar que todavía permanecían allí las campanas y no estaban destruidos los arcos donde apoyaban sus ejes. Por eso, me inclino a creer que fue resultado de la metralla.

En la parte de la parroquia que daba al convento de San Rafael, todavía llegué a ver un proyectil, sin explotar, clavado en el muro. Al año siguiente, había desaparecido. Pregunté y la respuesta fue que habían venido de Zaragoza dos jóvenes y lo habían arrancado

JULIO MARTÍN BLASCO

jueves, 11 de febrero de 2010

Capitulacion y concordia dada y pactada entre los Muy R[everen]dos Prior frailes y Convento de n[uest]ra Señora del Pueyo de la Villa de Belchite...



El Santuario (a la izquierda de la foto) se inauguró en 1725. En 1597 sólo existía la torre, la antigua ermita y el claustro que construyeron los agustinos.

“Capitulación y concordia dada y pactada entre los Muy R[everen]dos Prior frailes y Convento de n[uest]ra Señora del Pueyo de la Villa de Belchite de una parte y El Il[ustr]e Capitulo de los Vicario y beneficiados de la Iglesia parrochial de dicha Villa de otra”.

Instalados los agustinos en el Pueyo en mayo de 1594, pronto experimentaron los graves problemas que aquel lugar les ocasionaba para vivir y comenzaron a pensar que la solución más conveniente sería trasladar el convento al pueblo de Belchite. Algunas circunstancias de este hecho se exponen en la licencia concedida por el Arzobispo de Zaragoza para trasladar el convento a Belchite, en 11 de diciembre de 1597.

El primer paso lo daría el P, Jerónimo Monsalve de Aldobera, Vicario Provincial de la Orden de San Agustín en el Reino de Aragón, quien expondría al Arzobispo los motivos para solicitar el traslado. Aunque no quede constancia de tal petición, algunos de éstos los reproduce el prelado en su contestación:
“Porque el lugar de tal manera es árido y seco que carece enteramente de agua, de legumbres y de otras cosas muy necesarias para el alimento de los religiosos y se siguen otras incomodidades que no son convenientes para la clausura y tranquilidad de los hermanos”.

El Arzobispo temiendo que se pudiera alterar la paz, exigió la firma de una capitulación y concordia entre las partes. En su contestación recuerda la autorización concedida para fundar el monasterio en el Pueyo, con todos los detalles y circunstancias señaladas en los documentos que se expidieron en Zaragoza el 22 de mayo de 1594. Les concede la licencia para el traslado esperando que produzca abundantes frutos espirituales. Deberán respetarse los pactos y condiciones puestos en la primera constitución y aplicación de los censales. Quedará libre la iglesia o ermita de Santa María del Pueyo con los cálices, ornamentos, jocalías, frutos, derechos, emolumentos y todas otras cosas que tenía y poseía antes de edificar en ésta el monasterio para que se haga cargo de su administración aquellos a quienes antes pertenecían. En cuanto a la parte edificada por los agustinos, deberá quedar tal como está ahora. Pide la colaboración de todos para el traslado y la buena acogida a los religiosos. El documento está firmado el 11 de diciembre de 1597 en Quinto.

La primera reunión preparatoria para la firma de la Capitulación se había celebrado en el monasterio del Pueyo. En ella los religiosos manifestaron su conformidad para que el prior fray Tomás de Antillón “…pueda parecer y parezca ante el Ilmo. Sr. Arzobispo de Zaragoza… y suplicar que la Ermita dha de nra Señora del Pueyo con todas sus rentas se aplique y adjudique a la villa de Belchite…” También se le autorizó para que pudiera tratar, pactar, capitular y concordar con el Vicario y Clérigos de la Iglesia parroquial de Belchite lo referente al traslado. “Leido fue aquello en el Monasterio de nra Señora del Pueyo de la orden de St. Augustin… el primero dia del mes de Ebrero del año contado del nacimiento de nro señor Jesu xpo de mil quinientos noventa y siete”. Notario, Pedro Bautista. Testigos, Miguel de Maicas, alcalde de Belchite, y Jerónimo Carreras, médico.

El 20 de marzo de 1597, se reunió el Capítulo parroquial, estando también presentes Juan Antonio Aznar, notario, y Miguel de la Puente y Bartolomé Murillo, testigos, vecinos de Belchite. La reunión se celebró “En la Iglesia del señor St Antón de la dha villa…” Además del Vicario mosén Baltasar Bernad, estuvieron presentes e intervinieron mosén Juan Sangúesa, mosén Miguel Lumbierre, mosén Rodrigo Nabal, mosén Bartolomé de Salas, mosén Miguel Castellot, mosén Miguel Collantes, mosén Miguel Domingo y mosén Antón Nabal.

Mosén Baltasar Bernad y mosén Rodrigo Nabal fueron elegidos representantes del Capítulo parroquial para tratar con el prior y frailes del convento de Nuestra señora del Pueyo la firma de la Capitulación “en et cerca las diferencias y pretensiones que entre nosotros y dicho convento podamos tener y tenemos asi sobre las procesiones asientos lugares, defunciones, ofrendas y otras cosas”

Finalmente, los representantes de las dos partes (fray Tomás de Antillón por el convento y mosén Baltasar Bernad y mosén Rodrigo Nabal por la parroquia) después de presentar ante los notarios Marcos Diez y Juan Antonio Aznar, el 25 de noviembre de 1597, sus respectivos poderes, les entregaron escrita la capitulación y concordia que habían pactado y que dice así:

“Capitulación si quiere concordia hecha entre el Cabildo de los vicario Racioneros y beneficiados de la Iglesia parrochial del S[eñ]or St Martin de la villa de Belchite y el Prior Religiosos y Convento del monasterio de St Augustin de la dicha villa.

[1] Primeramente es pactado y concordado entre las dichas partes que el Prior frailes y convento no puedan salir del dicho su Monasterio en ningun tiempo y en ninguna ocasión con cruz ni crucifijo sin licencia del Vicario y Cabildo de dicha Parrochial.
[2] Item es pactado y concordado entre las dichas partes que no puedan salir dichos frailes ni Convento a las defunciones de los difuntos de la dicha Villa para que cesen los inconvenientes que han resultado en otras partes con esta ocasión.
[3] Item es pactado y concordado entre las dichas partes que siempre que algun difunto dexandolo por su testamento se quisiere enterrar en dicho Convento que el Cabildo de la parrochial haya de llebar dicho cuerpo hasta el dicho Convento y que a la puerta del dicho Convento ayan de recibirle los Religiosos e ayan de enterrarle asistiendo la clerecia toda so pena de perder la distribución el que no asistiere al entierro.
[4] Item es pactado y concordado entre las dichas partes que siempre que algun difunto se quisiese enterrar en dicho Convento que a cada clerigo del Cabildo de dicha Iglesia le hayan de dar doblado de lo que se acostumbra dar en la Parrochial es a saber que en los que se acostumbra llevar a medio real lleven a real y en los que se acostumbra llebar a real (que es llebandolos a canto de organo solemnemente) lleben a dos reales.
[5] Item es pactado y concordado entre las dichas partes que siempre que algun difunto dexandolo por su testamento se quisiere enterrar en dicho Convento que de su testamento se hayan de pagar primero todos los derechos de la parrochial y de sus ministros que son los derechos del Vicario conforme al costumbre de dicha parrochial y los derechos de campanas y los tres actos de difuncion novena y cabo de año y de lo que sobrare se hayan de pagar las obligaciones que el difunto abra dexado al dicho Convento por su testamento.
[6] Item es pactado y concordado entre las dichas partes que siempre que el Prior y Religiosos del dicho Convento acontecera aver de yr a las procesiones que se hicieren en dicha Villa ayan de yr a dos choros inmediatamente detrás de la cruz de la parrochial de tal manera que el mas antiguo de dicho convento aya de yr delante del clerigo y beneficiado mas moderno de la parrochial dicha, pero si el prior quisiere yr entre los clerigos se le aya de dar lugar en el choro derecho después del primer beneficiado y mas antiguo de aquel choro.
[7] Item es pactado y concordado entre las dichas partes que el plato, o, limosnero que el dicho convento tendra para pedir para las animas de purgatorio no pueda yr a pedir limosna a la dicha parrochial ni por la villa ni el de la parrochial en dicho convento.
[8] Item en pactado y concordado entre las dichas partes que ningun prior ni predicador de dicho convento se pueda entrometer a predicar en dicha parrochial mas que los dias que el cura de dicha parrochial les diere, o, encomendare el pulpito, no sin su voluntad.
[9] Item es pactado y concordado entre las dichas partes que siempre que acontezca enterrarse algun difunto en dicho Convento se le ayan de hazer sus honrras en dicho Convento a saber es su defunción nobena y cabo de año y que los dichos Vicario y Cabildo ayan de acompañar a las honrras hasta el dicho Convento y que alli los dichos Religiosos ayan de hazer los oficios asistiendo los dichos Vicarios y Clerigos a los divinos Oficios en el choro de dicho Convento so pena de perder la distribución y que les ayan de pagar por cada uno de los actos es a saber por la nobena y cabo de año por el acompañamiento de la forma y manera que les pagan en el acto de la difuncion sin tener dichos clerigos obligación alguna de celebración pues dichos religiosos en su Convento hazen ya los oficios.
[10] Item es pactado y concordado entre las dichas partes que de toda la ofrenda que se ofreciere en dicho Convento por razon de dichas defunciones y honrras ayan de dar los dichos Prior y frailes de dicho Convento la quarta parte al Cura de dicha parrochial.
[11] Item es pactado y concordado entre las dichas partes que en todas las demas diferencias y pleytos y otros cualesquier intereses que in perpetuum se ofreceran y puedan ofrecer que dichas partes ayan de estar y esten a la Jurisdicción y arbitrio del Ilmo y Rmo. Señor Arzobispo de Zaragoza y su Vicario general o, cualquier de ellos que son, o, por tiempo sean a los quales dichas partes se sujetan y someten sin perjuicio de los drechos de la orden.
[12] Item que cuando vaya el Convento a la parroquial en el choro se de el segundo lugar al Prior o, Presidente y los frailes esten mezclados con los clerigos y en el Convento se haga lo mismo con el Vicario y beneficiados”.

Leida y publicada la presente Capitulación y concordia por uno de los notarios en voz alta e inteligible, en presencia de dichas partes y testigos (Juan Apalategui y Miguel de Tardez) éstas dijeron que la firmaban y otorgaban en nombre de sus representados, como así la firmaron y otorgaron, prometiendo y obligándose a cumplirla ofreciendo las garantias legales.
JULIO MARTÍN BLASCO
Nota.- Próximamente ofreceremos otro documento: “Instrumento publico de concordia entre el concejo de viejos de la villa de belchite y el convento del Señor Sanct Agustin de la dicha villa de la parte otra.

Julio Martín Blasco y P. Manuel Barrueco Salvador (OSA). EL CONVENTO DE SAN AGUSTÍN DE BELCHITE (Zaragoza). Datos para su historia (1594-1994)

miércoles, 10 de febrero de 2010

EL CONVENTO DE SAN RAFAEL (MADRES DOMINICAS)



EL CONVENTO DE SAN RAFAEL (MADRES DOMINICAS)

Debo confesar que, en mis visitas al pueblo viejo de Belchite, siempre que pasaba junto al convento de San Rafael sentía un fuerte estremecimiento al contemplar la fachada de su iglesia erguida, sin apenas apoyos que la sostenga, resistiéndose a caer.

A este convento de las Madres Dominicas están ligados también los primeros recuerdos de mi infancia, pues todavía asistí al parvulario que ellas regentaban. Por eso, al intentar escribir algo sobre este Centro, lo hago con todo cariño y como homenaje de gratitud a aquellas abnegadas mujeres que supieron despertar en mi el ansia del saber.

“Siendo párroco de Belchite don Gregorio Galindo (1711-1736) tenía recogidas en una casa a las piadosas señoras que profesaban la Tercera Orden de Santo Domingo, las cuales tenían los tres votos, solamente salían de casa para ir a la iglesia e instruían gratuitamente a las niñas de la villa. Este fue el germen del convento de las Madres Dominicas”.(Mateo Despóns. Revista Eco de Ntra. Sra. del Pueyo. Año 1925)

La vida de aquel beaterio ( en cuya fundación se aplicaron las rentas de un tío de don Gregorio Galindo) no debió resultar fácil, principalmente cuando le faltó la asistencia personal y directa de su promotor que, al ser trasladado a Lérida en 1736, lo puso bajo la protección del arzobispo de Zaragoza don Francisco Añoa y Busto, aunque tambié él siguió ayudándolo económicamente.

Pasaron los años y el 2 de enero de 1781 se inauguró el convento, abriéndose las escuelas el 24 de septiembre del mismo año. Fueron fundadoras las Madres Catalina Delgado y María Ana Merchán, que vinieron del convento de Santa Rosa de Zaragoza. La iglesia, dedicada a San Rafael, empezada en 1745, quedó terminada en 1777 (según rezaba una inscripción colocada debajo del coro). La obra, ejecutada por Nicolás Bielsa, era de tres naves y muy esbelta. El escudo del obispo Galindo fue colocado en la fachada de la iglesia en 1749 (en la actualidad se encuentra en la del nuevo convento). Las religiosas conservaban algunos objetos pertenecientes a su fundador, entre ellos un sombrero y una mitra.

Durante años las Madres Dominicas se dedicaron a la educación y enseñanza de las niñas. También tenían abierto un parvulario para niñas y niños; éstos, al cumplir seis años, pasaban a las escuelas de niños del Ayuntamiento, que estuvieron últimamente en el Ferial.

Alegría Blasco Lorén, nacida en 1912, nos cuenta sus recuerdos de los cinco años (de seis a once años) que pasó en estas escuelas y su narración deja traslucir sentimientos de gratitud hacia aquellas religiosas. Las Madres Catalina [Zalba], María e Imelda atendían a las pequeñas. Para aprender a leer, el primer paso era conocer las letras que figuraban en un cartel y que eran repetidas a coro, al señalarlas la maestra con un puntero. Luego pasaban a la cartilla y, superada ésta, continuaban en libros de lectura, como El Buril y El Faro. Las alumnas aprendían a hacer “palotes”, como ejercicios preparatorios para la escritura y seguían con la copia de letras, sílabas, palabras y frases. Para contar utilizaban el “abaco” (todavía recuerda que diez unidades forman una decena).

La sección de mayores (llamada “cuarto mayores”) estaba regentada por las Madres Ángeles, Rosa y Micaela. Como libro de lectura utilizaban el titulado “La vida, el mundo y sus cosas (que el Ayuntamiento regalaba a las niñas como premio). Estudiaban también Gramática, Aritmética (la tabla de multiplicar la aprendían cantándola repetidas veces) Urbanidad y Doctrina Cristiana (“seis perricas valía el libro de Gramática y otras tantas cada uno de los restantes”).

Al entrar cantaban:

Cose que cose,
Que hay mucho que hacer
Y no hay tiempo que perder.
Ande, pues, la aguja bien ligera,
Los minutos corren al vapor.
Paso a paso, se hace una carrera
Y punto por punto una labor.
Cose que cose, la obra al final
Salga limpia y bien cabal.
Pues, si sale mal, trabajo vano
Y, si sale sucia, cosa atroz.
Vaya y venga hacia nuestras manos
Mientras canta alegre nuestra voz.
Cose que cose, la obra al final
Salga limpia y bien cabal.

Y al salir, esta otra:

Adelante, compañeras,
Con tesón y rectitud
Avanzad en la carrera
De la ciencia y la virtud.
Aunque el vicio nos reclame,
Aunque la ignorancia brame,
Marchad, marchad, marchad
Hacia la sabiduría
Cada día progresad.

También en las entradas y salidas, a lo largo del día, se establecía este dialogo, estando una de las religiosas con el crucifijo en la puerta.

Por la mañana.
- Buenos días ¿Ha descansado Vd. bien?
- Bien ¿Y tú?
- Bien, gracias a Dios.

Por la tarde
- Buenas tardes. ¿Ha comido Vd. con gusto?
- Bien. ¿Y tú?
- Bien, gracias a Dios.

Al salir.
-Vd. lo pase bien.

Recuerda que si, no se sabían la lección, les ponían un libro en la cabeza y otro en las manos para estudiar. Otras veces, las mandaban con el libro, de pie, junto a una columna y, como castigos más extraordinarios, las ponían de rodillas o les mandaban hacer una cruz en el suelo con la lengua (después de soplar bien para quitar el polvo). Como es natural, este último castigo era el que más les repugnaba. Pero al contar todo esto, lo hace sin asomo de resentimiento alguno.

Uno de los juegos preferidos era el salto a la comba cantando estos versos:
Arroz con leche, me quiero casar
Con una muchacha de fuera del lugar
Que sepa coser, que sepa bordar
Que sepa la tabla de multiplicar.
Ya sé coser, ya sé bordar
Ya sé la tabla de multiplicar.

En el juego del “corro”, un grupo de niñas que lo formaban entablaban este diálogo (que, por su contenido moral, tal vez compuso alguna religiosa) con otra que estaba situada en el centro.

-Amigas, buenas tardes,
-Me voy a retirar.
-Espera un poquito,
Que vamos a jugar.
-Pues ¿Qué tienes que hacer?
-Lo que mi buena madre
Se sirva disponer.
Ha mandado mamá
Que en casa esté a las seis.


Yo, como buena hija,
Al punto he de obedecer.
-Razón tienes de sobra,
Niña simpática,
Nosotras te aplaudimos
El modo de pensar.
-Un beso quiero daros.
-Nosotras a ti dos.
-Adiós, amigas mías,
Adiós, adiós, adiós.

De su época recuerda especialmente a una compañera llamada Concha, la Morena. Era muy lista pero también muy traviesa. Se ponía junto a la Madre Micaela para verle los pelillos que le salían por la toca. A veces, traía un ratón o un pájaro y se alborotaban todas las chicas. La Madre Micaela decía refiriéndose a esta alumna (que no tenía madre): “Pobre abuela, pobre abuela”. Y Alegría Blasco cierra su relato con esta afirmación: “Tenían mucha paciencia las monjas porque había chicas que eran muy torpes”

JULIO MARTÍN BLASCO

viernes, 5 de febrero de 2010

LA NEVERA DEL AYUNTAMIENTO




LA NEVERA DEL AYUNTAMIENTO

Visitando en compañía de mi hijo las ruinas del Seminario de Belchite, vimos en sus proximidades una curiosa edificación que, al principio, pensamos sería alguna fortificación de la guerra de 1936-1939. Al llegar a ella, quedamos sorprendidos al comprobar que se trataba de una especie de sótano, de amplias dimensiones, en forma circular cuya profundidad, a pesar de estar parcialmente cegado, podría alcanzar los cuatro o cinco metros, y cubierto de una singular bóveda de piedra. Por los laterales existían algunas entradas o ventanales pero no hay escalera alguna para bajar al fondo.

Realmente se trataba de una edificación original ya que no se encuentra otra semejante en Belchite, en donde la bóveda se utilizó en los edificios religiosos y utilizando para ello el ladrillo.

Según la información que pudimos recoger se trataba de la “nevera del Seminario o de los estudiantes” por su proximidad a este lugar, ya que no conocemos tenga otra relación con ellos. Posteriormente hemos sabido que también se llamaba “la nevera del Ayuntamiento” porque sería su propietario.

Se utilizaba para almacenar nieve durante el invierno colocando, alternativamente, capas de nieve bien prensada y de paja (que favorecía su aislamiento y conservación) hasta rellenar la cavidad, quedando una cámara de aire en la parte superior. El recinto se cerraba herméticamente. El grosor de las paredes (recubiertas por la parte exterior de argamasa) contribuía a mantener una temperatura adecuada. Cuando convenía, se sacaba el hielo para su utilización.

Estas construcciones se encuentran también en otros pueblos de la zona, como Azuara, Moyuela, Tosos, Villanueva de Huerva y Fuendetodos. En este último, eran más abundantes debido a su situación y altura. Se cree que pudieron contarse de quince a veinte neveras o pozos de hielo, basándose en los restos encontrados y en los datos que figuran en el catastro de la propiedad urbana de 1819. Desde Fuendetodos el hielo, troceado y preparado convenientemente, era transportado en carros, durante la noche, a los diferentes lugares de venta, especialmente a Zaragoza.

Con la obtención del hielo por procedimientos industriales, terminó esta actividad. Hoy las neveras son recuerdos de tiempos pasados.

JULIO MARTÍN BLASCO

NOTA.- Las dos primeras fotos corresponden al interior y exterior de la nevera de Belchite. La foto tercera pertenece a la nevera de Fuendetodos