jueves, 25 de marzo de 2010

LA COFRADÍA MILITAR DE BELCHITE


LA COFRADÍA MILITAR DE BELCHITE

Todavía no se han puesto de acuerdo los historiadores en si Belchite fue conquistado a los árabes antes o después de Zaragoza (1118). El argumento más sólido a favor de lo primero es que en su conquista estuvo presente Galindo Sánchez, tenente de Belchite. Así lo sostiene José Mª Lacarra (Aragón en el pasado. Espasa Calpe. Madrid 1972, pág. 57). Antonio Ubieto Arteta (Historia de Aragón. La formación territorial, pág. 158) cree que se entregó con motivo de la capitulación de Zaragoza.

Al quedar Belchite como frontera, el primer problema era atraer nuevos pobladores que fueran la base para su defensa. Así Alfonso I concedió una serie de ventajas contenidas en la CARTA PUEBLA DE BELCHITE. Pero estas concesiones debieron ser insuficientes. Por ello, Alfonso I fundó una cofradía militar.

Años más tarde, muerto ya el Batallador, Alfonso VII el Emperador, en el concilio de Burgos de 1136, hubo de confirmar e impulsar la cofradía militar de Belchite, ante el retroceso que supuso para los ejércitos cristianos la derrota de Fraga (1134). Gracias a esta confirmación podemos conocer las constituciones de la primitiva fundación, ya que se reproducen los derechos y obligaciones de los cofrades.
1.
Cualquier cristiano, clérigo o laico, hecho cofrade de esta fraternidad o que se quisiese hacer cofrade en el castillo de Belchite o en cualquier otro castillo, que se dedicase toda su vida a la defensa de los cristianos, se le ofrece la remisión de todos los pecados, hecha confesión, y viviendo la vida monacal o eremítica.
2.
Quien quisiese servir allí por un año, le valdría lo mismo que si fuese a Jerusalén, y se le asegura la remisión de los pecados. Deberá guardar abstinencia todos los viernes de la semana.
3.
Y si quisiese servir allí durante un mes a Dios, sea perdonado del mismo modo.
4.
Y si enviase a alguien que hiciese sus veces en servicio de Dios, tenga el oferente la misma remisión, lo mismo estando ausente como si estuviese presente.
5.
Quien enviase de su peculio doce dineros o algo que valga esa cantidad para los sirvientes a Dios, tenga la remisión de una cuaresma.
6.
Y quien en servicio de Dios se desvelase, tenga mucho más. Y, según como fuese la donación, así sea la remisión.
7.
Si alguna peregrinación quisiese realizar alguno y permaneciese en Belchite todo el tiempo que debiera durar la peregrinación en servicio de Dios y entregase a los sirvientes de Dios lo que iba a gastar en la peregrinación, tenga doble remuneración que se pueda de todos los bienes.
8.
Quienes adquiriesen fielmente las cosas necesarias para predicar por las tierras, participen en la misma remisión.
9.
Si algún caballero u otra persona, en vida o en muerte, dejase su caballo o sus armas al servicio de Dios, obtenga lo mismo que si las dejase a la Orden del Hospital de Jerusalén o al Temple.

Termina la relación de concesiones con una exhortación a ir a Belchite con ánimo alegre, recordando las palabras evangélicas: “Quien me sigue, no anda en tinieblas “(Juan. 8. 12) y unas cuantas más y señala que así se liberó el sepulcro del Señor y Mallorca y Zaragoza y otras tierras. Finalmente añade una sanción canónica para quien perjudicase a cualquier cofrade.

Probablemente la Cofradía tendría su asentamiento en el Pueyo. Desde allí organizarían sus cofrades las penetraciones en territorio enemigo. Con el cambio de fronteras, la institución perdió fuerza hasta llegar a su disolución.

NOTA. Ánforas halladas en las proximidades del Pueyo. Estas dos pertenecen a la parroquia de Belchite.
JULIO MARTÍN BLASCO

sábado, 20 de marzo de 2010

LA DEVOCIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LOS DESAMPARADOS EN BELCHITE



LA DEVOCIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LOS DESAMPARADOS
EN BELCHITE

En diversas ocasiones oí comentar a mi madre la devoción a la Virgen de los Desamparados que existía entre los belchitanos y que se manifestaba en las frecuentes visitas que le hacían en su capilla, especialmente en los días festivos, en los que se veía a las familias bajar por la carretera, entonces con árboles a los lados, hasta el Seminario.

También se celebraban con alegría sus fiestas a las que contribuían los hortelanos vecinos que formaban arcos y enramadas en honor de la Virgen y asistían a los actos religiosos que se celebraban en su iglesia.

El 8 de setiembre, coincidiendo con la natividad de la Virgen (conocida en Belchite como “la Virgen del Portal” por la situación de su capilla) se celebraba la llegada de la imagen de Nuestra Señora de los Desamparados, hecho que acaeció en 1704, y el segundo sábado de mayo tenía lugar la fiesta principal.

Otra manifestación de la devoción a la Virgen eran las estampas y medallas que circulaban entre la población, algunas de ellas han llegado hasta nosotros, especialmente la magnífica foto debida a la firma de Jarke.

Hace algunos años, una familia de Belchite me regaló una medalla en la que se veía, en una cara, la imagen de la Virgen de los Desamparados y en la otra, el Seminario con la leyenda Seminario Conciliar Belchite.

Al pie de una estampa, alguien [probablemente algún sacerdote que estudió allí] escribió: “Vox in Rama audita est ploratus et ululatus multus: Rachel plorans filios suos et noluit consolari, quia non sunt.[Una voz se oye en Ramá, un lamento, amargo llanto. Es Raquel que llora sus hijos y rehusa consolarse por sus hijos, pues ya no existen] No están tus hijos y su hogar está en ruinas. Tampoco está tu imagen bendita, entre las gloriosas ruinas del Seminario belchitano… pero tu ¡sí que estás y sigues siendo Madre de los desamparados!

Pienso que algunos belchitanos, ya mayores, recordarán estos hechos cuando pasen por la calle que tienen dedicada a la Virgen de los Desamparados en el pueblo nuevo de Belchite. Y tal vez se acuerden de los primeros versos de sus Gozos.

María, tu ardiente celo
nos ampare con clemencia.
Pues siendo flor en Valencia
eres en Belchite Cielo ...
JULIO MARTÍN BLASCO

domingo, 14 de marzo de 2010

´LA TORRE DE LA ANTIGUA PARROQUIA DE SAN MARTÍN DE BELCHITE (II)




LA TORRE DE LA ANTIGUA PARROQUIA DE SAN MARTÍN DE
BELCHITE (II)

Revisando la obra de José Galiay Sarañana “Arte mudéjar aragonés” encontramos una excelente descripción de la torre de la antigua parroquia de San Martín de Belchite, con una foto anterior a su destrucción (1937). Aunque no es de buena calidad, hemos intentado seguir la descripción que hace el autor, viéndonos obligados a consultar el libro de Jesús Baquero Millán “Inventario del patrimonio arquitectónico del pueblo viejo de Belchite (Zaragoza”.

Dice Galiay: “Torre parroquial de Belchite. Despegada de la iglesia actual tiene tres cuerpos de iguales proporciones; el bajo, liso; los otros dos decorados, y por terminación, una pirámide de ocho lados hecha con ladrillo.

El cuerpo central aparece vestido con una faja de zig-zag, hecha con dos hileras de ladrillo, más otras dos con puntas o dientes encerradas en un recuadro. Encima, con alguna separación, fajita de dientes y más arriba fondo de rombos verticales de lados quebrados entre dos fajas de esquinillas. Sobre él, faja rehundida con labor de nudos y vuelo de ménsulas como terminación del cuerpo”.

Esta descripción la podemos seguir mejor en la página 149 de la obra de Jesús Baquero Millán (que reproducimos) pudiendo también distinguir las diferencias entre los distintos elementos de adorno.

Continúa la exposición de José Galiay: ”El [cuerpo] de campanas tiene por frente arco apuntado y alfiz encerrando dos arquitos gemelos de medio punto y orlándolo fondo de rombos y medios rombos iguales a los del cuerpo inferior. Remata con vuelo de ménsulas y un trozo de muro liso sobre ellas”.

Seguimos sin saber por qué y por quiénes se destruyeron los arquitos pequeños en las cuatro caras de la torre. ¿Fue consecuencia de los cañonazos que recibió la torre o fue una acción premeditada? Pudo suceder al arrancar las campanas…

Además de la foto de Galiay, ofrecemos otra (de los años cincuenta) de la cara de la torre que mira a la Puerta del Pozo. Estaba protegida por las casas situadas delante y, por eso, es la que está mejor conservada.

jueves, 4 de marzo de 2010

FOTOGRAFÍAS DEL SEMINARIO DE BELCHITE (ZARAGOZA)

















FOTOGRAFÍAS DEL SEMINARIO DE BELCHITE
(ZARAGOZA)


Ofrecemos unas fotografías del Seminario Menor de Belchite. Las primeras pertenecen al libro “El Seminario de Belchite” de Juan Gasca Saló. Corresponden a la fachada principal del año 1881; a la fachada sur situada a la izquierda de la principal y en la que se ve el nuevo pabellón;a la llamada fachada de la huerta, en la que una parte aparece sin terminar (arquillos de la última planta). Finalmente hay una foto de la capilla ( que, modificada, figura en la Novena a Nuestra Señora de los Desamparados, titular del Seminario, publicada por don Roberto Solanas, rector, en 1898) y otra de la Virgen (conservamos la foto original de Jarke). Como complemento ofrecemos una vista general del Seminario, foto que se publica por primera vez y que nos la ha facilitado José Ramón Muñoz Cano. La última foto de este bloque procede del Archivo Diocesano de Zaragoza.

A continuación traemos cinco fotos en las que se ve el edificio después del año 1937. En opinión de muchas personas, todavía se podría haber reparado, aunque tal vez no tan rápidamente como lo necesitaba la diócesis. Las dos primera están sacadas del libro BELCHITE. Capitán De Diego y otros. Editora Nacional. En una de ellas, se ve la división de las vertientes del tejado, la estructura interior del edificio (un pasillo central y dependencias a cada lado) y un tramo de la escalera principal. Al principio el arzobispo Pérez de Araciel prefirió para los residentes habitaciones individuales con el fin de favorecer el retiro y la soledad.
Posteriormente el arzobispo García Gil dispuso que se transformaran en dormitorios corridos. Estaban situados en la segunda planta. En otra foto (HISTORIA DE LA CRUZADA ESPAÑOLA. Joaquín Arrarás) se nota mejor los dos tramos de la escalera; la que nos muestra el edificio y la capilla pertenece a la GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (Hugo Thomas). Ediciones Urbión.

Terminamos con cuatro fotos nuestras.
JULIO MARTÍN BLASO

martes, 2 de marzo de 2010

CALLE DEL REGISTRADOR GARCÍA MARTÍN (BELCHITE)


CALLE DEL REGISTRADOR GARCÍA MARTÍN
(BELCHITE)

El pasado año 2009 el Ayuntamiento de Belchite aprobó el cambio de nombre de algunas calles. Eran las siguientes:

-Calle Dieciocho de Julio se llamará
Calle de la Constitución Española de 1978.
-Calle Héroes de Belchite se llamará
Calle de Santa Ana.
-Avenida José Antonio ...
se llamará Calle Mayor.
-Avenida Calvo Sotelo ..
se llamará Calle del Portal de la Villa.
-Calle Victoria ………...
se llamará Calle de Becú.
- Calle Registrador García Martín
se llamará Calle de San Ramón.
-Calle Seis de Septiembre
se llamará Calle de San Lorenzo.

Entre los rótulos de las calles que han cambiado de nombre, destaca el correspondiente a la del Registrador García Martín. Pero ¿quién era este señor? Un amigo (Emilio Oliver) lo definía así: “Antonio García Martín era hombre joven y de cultura extraordinaria, cuya amena conversación era, si cabía, más extraordinaria. De los temas más frívolos hacía corro silencioso a su alrededor… y frente a su jovialidad era, cuando se le necesitaba, un consejero sesudo y grave. De estatura física baja, tenía una gigantesca altura moral; y su modestia no tenía límites”.

Cuando quedó fijado el frente de guerra en Belchite, formaba parte de un grupo de funcionarios que se había unido para atender mejor a sus necesidades. Los restantes miembros del grupo eran: Eduardo de la Loma, secretario del Juzgado de Instrucción, un joven abogado tan ilustrado como locuaz y simpático. Manuel Carela, médico titular de Belchite, cuya modestia contrastaba con su altura profesional. Ángel Fuembuena, un oficial de telégrafos movilizado, culto, simpático y siempre hecho un pincel. José Benedí, Administrador de Correos, joven de gran inteligencia. José María López, Jefe de Telégrafos, excelente profesional. Luis Fuentes, Juez de Instrucción, joven y de carácter abierto y afable. Roberto Álvarez, veterinario, muy estudioso. Emilio Fernández, socio de una fábrica de aceites, con una buena situación económica. Y cerrando el grupo, Emilio Oliver Ortiz, director del Banco Zaragozano en Belchite (que nos dejó estos retratos de sus amigos en su libro “Emociones de un sitiado” Belchite Regina Martyrum pág. 83).

Cuando empezó el asedio de la población, se dispersó el grupo y cada uno se las
arreglaba como podía, colaborando en las defensa desde el puesto que se les asignó teniendo un papel destacado Antonio García Martín, que, con la aceptación de todos,
fue nombrado Jefe de las Milicias Voluntarias de Belchite.

Por el capitán De Diego (en su libro BELCHITE, pág. 129) sabemos que fue herido en el cuello: “A su lado, compartiendo el mismo colchón, está aquel joven funcionario del Estado, Registrador de la Propiedad, alma de la movilización ciudadana, cuyo ejemplo y austeridad arrastró al combate a la masa de hombres que, virtualmente, era la ciudadanía en armas; pálido por la hemorragia, vendado el cuello, tiene un balazo debajo de la nuca”

El 5 de septiembre se encontró a Emilio Oliver y le comunicó que se había recibido un radiotelegrama del General del 5º Cuerpo de Ejército autorizándoles a romper el cerco aquella noche. Para guiar a los evadidos se encenderían hogueras en el Vértice del Sillero. Así lo prepararon y después de varias tentativas, guiados por el comandante Santa Pau, lograron salir por el arco de San Roque. Nuestro protagonista, con otros muchos, cayó en el intento.

Ignoramos quien propuso se dedicara una calle del pueblo nuevo de Belchite a Antonio García Martín. Tal vez Manuel Carela y Emilio Oliver (éste vaticinó que así sucedería) supervivientes del grupo, lo solicitaron del Ayuntamiento y lo concedió.

JULIO MARTÍN BLACO