lunes, 15 de diciembre de 2008

RECUERDOS DEL VIEJO BECHITE

Casa situada entre las calles Hermanos Naval y
Emparrado (esta última se ve en la foto)

RECUERDOS DEL VIEJO BELCHITE


Los primeros años de mi infancia, hasta 1937, tanscurrieron en la zona de la Puerta del Pozo. De aquí arrancan mis primeros recuerdos, un tanto difusos, pero que reviven en mí cuando visito estos lugares.

Recuerdo especialmente la casa en donde nací, situada en una esquina, entre las calles Hermanos Naval y el Emparrado; la fuente y la acequia a donde las mujeres, mocitas y mayores, acudían a lavar y luego seguía paralela a la carretera en dirección al Calvario y la subida que hacíamos a este lugar, en Semana Santa, produciendo un ruido estridente con nuestras carracas, pasando junto a la capilla de la Verónica (ya desaparecida) al pie de la carretera. Especial impresión me produjeron los alabarderos, con sus pobladas barbas, custodiando la imagen de Cristo yacente que se veneraba en la parroquia el Viernes Santo.

Conservo algún vago recuerdo de la capilla del Seminario a donde nos bajaban nuestros padres para visitar a la Virgen de los Desamparados. Igualmente de los gigantes y cabezudos que, en las fiestas, recorrían las calles del pueblo; de la Nochebuena, que celebrábamos en casa de nuestros abuelos, de los Reyes Magos y del día del Pueyo.

Una tarde fuimos a ver a unos comediantes que actuaban, creo, en la plaza de San Agustín. Sólo recuerdo a una joven contorsionista que, doblándose hacia atrás, cogía con la boca un vaso puesto en el suelo y a unos payasos que, como remate de su actuación, metían a uno de ellos en un saco y después al abrirlo, aparecía lleno de patatas. Al regresar a casa, ya anochecido, debí quedarme dormido y mi padre tuvo que cargar conmigo.

JULIO MARTÍN BLASCO
Año 2008

sábado, 13 de diciembre de 2008

BELCHITE EN EL TEATRO DE BRETÓN DE LOS HERREROS

BELCHITE EN EL TEATRO DE BRETÓN DE LOS HERREROS


El 13 de febrero de de 1840, el ya famoso autor teatral Manuel de los Herreros (1796-1873) estrenó, en el madrileño Teatro del Príncipe, la obra titulada “El pelo de la Dehesa” alcanzando gran éxito tanto por parte del público con fuertes aplausos, como de la prensa que la calificó como “una de las más felices y acabadas composiciones del señor Bretón”.

La obra refiere el encuentro que tienen en Madrid don Frutos, natural de Belchite, y doña Elisa para contraer matrimonio concertado por sus padres; rústico y sencillo, pero rico, el del novio y noble, superficial y además arruinado, el de ella; caracteres que también aparecen en sus hijos. Este contraste entre los protagonistas era fiel reflejo de las diferencias que siempre han existido entre la ciudad y el campo.

A los pocos días de llegar don Frutos a Madrid, surgen las primeras desaveniecias entre los novios que se complican más con la actuación de la Marquesa, madre de Elisa, y con la llegada de Miguel, apuesto militar y pretendiente también a la mano de la novia. Pero como nadie quiere dar el primer paso para romper el compromiso, don Frutos urde un plan para que la Marquesa dé su conformidad y Elisa acepte finalmente a don Miguel, aun reconociendo en su interior los méritos de don Frutos (¡Qué necia he sido / en no casarme con él!).

El 27 de enero de 1845 estrenó el autor una segunda parte de la comedia con el título de “Don Frutos en Belchite”.

La acción se desarrolla en Belchite. Don Frutos está comprometido con Simona. Ésta le corresponde por interés presionada por su padre, Pablo, aunque ella prefiere a Mamerto, escribano del lugar, mientras don Frutos reconoce que sigue prendado de Elisa a la que dejó en Madrid. La inesperada llegada de ésta a Belchite, a quien don Frutos salva de un accidente, precipita los acontecimientos que terminan con la ruptura del protagonista con Simona y la reconciliación con Elisa: “Tú… y Belchite ¡Oh bendición! / Colmada está mi ambición. / Aquí, amorosa consorte, / tendrás a falta de corte, / un templo en mi corazón.

JULIO MARTÍN BLASCO
Año 2006

viernes, 12 de diciembre de 2008

LA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE LOS DESAMPARADOS (Edición de 1797)


LA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE LOS DESAMPARADOS
Edición de 1797

En el año 2004, presentamos una edición facsímil de la novena a Nuestra Señora de los Desamparados venerada en Belchite y publicada en 1898 a expensas de don Roberto Solanas, rector del Seminario de dicha villa y cuyo original se encuentra en el Museo del Traje (antes Museo Nacional de Antropología).

En la pág. 21 de esta publicación se advierte que la Salve, que allí se reproduce, está tomada de la Novena primitiva. Encontrado un ejemplar de ésta (Archivo, Biblioteca, Hemeroteca del Ayuntamiento de Zaragoza) del año 1797, que también reprodujimos, comprobamos que ambas publicaciones son iguales en el título y en el texto de la novena. Sólo se observan algunas variaciones en la introducción, ya que la edición de 1797 termina con la narración de la fundación del Seminario Sacerdotal de Belchite en 1726 y, en cambio, don Roberto Solanas da más noticias sobre esta institución y narra las vicisitudes que sufrió a lo largo de un siglo, desde 1797 hasta 1898. También añadió las dos últimas estrofas de los Gozos.

En la edición que ahora comentamos se dice que se publica “a expensas de don Josef Cottens, su capellán” pero no sabemos nada del verdadero autor, lo cual nos hace sospechar que, también en este caso, pueda tratarse de una reimpresión de otra novena que existía antes, posiblemente desde los tiempos de los Operarios Misionistas. En la pág. 33 se citan dos prelados que concedieron indulgencias por asistir a la novena: Don Antonio Mayoral, arzobispo de Valencia (1738-1769) y don Juan Bautista Ferrer obispo de Lugo (1745-1748).

Aunque don Josef Cottens no dice nada, desde la fundación del Seminario Sacerdotal de Belchite en 1726 hasta la publicación de la novena en 1797 (71 años) ocurrieron algunos hechos transcendentales para la institución, como fueron:
1º.- Traslado de don Gregorio Galindo a la diócesis de Lérida (1736).
2º.- Fundación del Seminario Sacerdotal de San Carlos en Zaragoza (1737).
3º.- Ante las molestias que habían de sufrir los ordenandos al estar obligados a viajar a Belchite para hacer los ejercicios espirituales y volver a Zaragoza para recibir las órdenes sagradas (estando don Gregorio Galindo en Belchite los ordenaba allí), se trasladó el Seminario de Belchite a Zaragoza.
4º.- Hacia 1762 (año en que don Pascual Herreros fue nombrado obispo de León) figuraba como único Operario de Belchite don Blas Nicolás Riverés.
5º.- En 1797 estaría cerrado el Seminario de Belchite (así consta en Antonio Pons, año 1782) y sólo seguiría abierta al culto la capilla de la Virgen atendida por su capellán.

JULIO MARTÍN BLASCO
Año 2005

miércoles, 10 de diciembre de 2008

LA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE LOS DESAMPARADOS, UNA VALIOSA PUBLICACIÓN


LA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE LOS DESAMPARADOS,
UNA VALIOSA PUBLICACIÓN

En 1898 don Roberto Solanas, rector del Seminario, publico la novena a Nuestra Señora de los Desamparados, titular del Seminario Menor de la villa de Belchite. La obra se imprimió en Zaragoza, en la imprenta de Soteras y Monforte.
Se trata de un folleto de 22 páginas. En las primeras, el autor narra el origen de la imagen de la Virgen de los Desamparados y los momentos de su instalación en la Casa de las Almas de Belchite en 1704 (tomando los datos que nos ofrece el P. Faci en su obra Aragón Reino de Cristo y dote de María Santísima); continúa con la fundación del Seminario Sacerdotal en 1726 y los avatares que sufrió esta institución hasta que el arzobispo García y Gil restauró el edificio y estableció en él el Seminario Menor en 1886 (citando al Boletín Eclesiástico de la Diócesis de Zaragoza). Termina esta introducción con la narración de algunos favores dispensados por la Virgen de los Desamparados a sus devotos.
En la página 11 empieza la novena que sigue el esquema clásico de estas devociones y termina con los Gozos de Nuestra Señora y una original Salve (tomada, según indica el autor, de la Novena primitiva) en la que se van mezclando versos en castellano con los latinos de la Salve Regina y que, según don Damián Iguacen Borau, obispo emérito de Tenerife (El venerable Francisco Ferrer y los Operarios Misionistas, pág. 304) se cantaba desde los tiempos del Seminario Sacerdotal.
Pascual Martínez Calvo cita esta novena (Historia del Seminario Diocesano de Zaragoza, pág. 38) y Plácido Fernández García (El Seminario de Zaragoza siglo XX, pág. 209) dice “que esta novena tuvo mucha trascendencia porque seguía siendo durante el primer cuarto del siglo un medio mariano de gran repercusión”
Desde 1989 conocíamos su existencia (Joaquín Pintaned Teresa y Emilio Alloza Canfranc, Apuntes Históricos de Nuestra Señora del Pueyo de Belchite, pág. 215) pero no pudimos encontrar ningún ejemplar en diversas bibliotecas zaragozanas, ni en la Biblioteca Nacional. Finalmente localizamos uno en el Museo Nacional de Antropología (hoy Museo del Traje) que pertenecía al Archivo y Bibliotca de Mosén Jordi Fort i Gaudí considerado como “el mayor archivo de tema mariológico que se conoce en España” adquirido por dicho Museo Nacional en 1994.
Con fecha 21 de diciembre de 1933 y desde Barcelona, se enviaba al Rector del Seminario Menor de Belchite, don Pedro J. Piquer, un cuestionario y una ficha solicitando datos sobre la imagen y capilla de Nuestra Señora de los Desamparados con la finalidad de “hacer un acabado estudio iconográfico mariano aragonés como parte integrante del total español”. La documentación remitida entró así a formar parte del archivo de Mosén Jordi.
Según los datos facilitados por María Prego de Lis, citando el informe de la conservadora Mercedes Martín de la Torre (Anales del Museo Nacional de Antropología nº 9, 2002) “la colección se estima en torno a los 7.000 volúmenes… un gran número de revistas… y unos 200 archivadores, que contenían fotografías, grabados, folletos, recortes de prensa y cuestionarios para la recogida de información en las distintas parroquias”
JULIO MARTÍN BLASCO,
Año 2006

domingo, 7 de diciembre de 2008

CORTÉS Y LARRAZ, Pedro, Descripción geográfico-moral de la diócesis de Goathemala hecha por su arzobispo (1768-1770)

CORTÉS Y LARRAZ, Pedro. Descripción geográfico-moral de la diócesis de Goathemala hecha por su arzobispo (1768-1700), edición de Julio Martín Blasco y Jesús María García Añoveros, Madrid, Corpus Hispanorum de Pace 9, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2001, 542 págs. + 111 mapas.

La colección del Corpus Hispanorum de Pace del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la cual adquirió un merecido prestigio con las publicaciones de su primera serie, va ahora encaminada con la segunda a mantener un elevadísimo nivel.

A ella pertenece la presente publicación, que ha estado precedida, entre otras, por los cuatro volúmenes de la edición bilingüe del celebérrimo De Indiarum Jure de Juan Solórzano Pereira (1994, 2000, 2001), por los dos del también clásico Itinerario para párrocos de Indios de Alonso de la Peña Montenegro (1995 y 1996) y por la concisa pero novedosa y exhaustiva monografía de Jesús María García Añoveros sobre el Pensamiento y los argumentos de la esclavitud en Europa en el siglo XVI y su aplicación a los indios americanos y a los negros africanos (2001).

Esta descripción de la diócesis de Guatemala hecha por su arzobispo don Pedro Cortés y Larraz (1768-1700), impecablemente presentada, ha tenido la fortuna de contar para su reedición con dos especialistas en el tema, toda vez que el profesor Martín Blasco, además de paisano, ha sido biógrafo del arzobispo, y el profesor García Añoveros, que, además de colaborar con él, ha publicado una Historia General de Guatemala, recientemente publicada, y una exhaustiva monografía sobre la Situación sociorreligiosa de la diócesis de Guatemala a finales del siglo XVIII, en la que adelanta, precisamente, el contenido de esta descripción de Cortés y Larraz.

Esta especialización , tanto en el autor como en su obra, es lo que ha posibilitado que alguien se percatara de la extraordinaria y multifacética importancia de un documento como éste y que lo hayan editado con una magistral introducción para enmarcar adecuadamente tanto a la Descripción como a su autor.

Si acabamos de calificar de multifacética a la Descripción es porque ésta, ciertamente de una manera similar a este tipo de documentos pero superando ampliamente a casi todos, ofrece abundantísimos y detalladísimos datos sobre todos los aspectos de la diócesis de Guatemala (religiosos, geográficos, sociales, familiares, étnicos, económicos, lingüísticos, laborales, educacionales y demográficos) entre 1768 y 1770, es decir, entre las fechas de comienzo y fin de la visita canónica que Cortés y Larraz cursó a su circunscripción en tres momentos distintos.

Él mismo nos ofrece al final de su extensísimo informe los datos numéricos de sus visitados, esto es, de los lugares y personas que visitó y sobre las cuales informa. Estos elocuentes datos son en números totales 123 parroquias, 304 anexos, 824 haciendas, 10.247 familias y 471.556 personas.Una información tan extraordinariamente detallada pudo recogerla porque tuvo la previsión de comunicar a cada párroco la fecha de su llegada y ordenarle que elaborara cuidadosamente la respuesta al interrogatorio que le adelantaba.

En él le especificaba diez preguntas, referentes a los ingresos económicos del propio párroco, los idiomas existentes en su circunscripción, el número y composición de las familias, los escándalos y abusos locales, el índice de cumplimiento del precepto pascual, el número de escuelas, juntamente con la conducta del maestro y las características de la enseñanza, de qué libros se valía el propio párroco para el desempeño de su ministerio y qué trato se le solía dispensar a los indios.

La Descripción se cierra con 113 mapas a color que Cortés y Larraz ordenó dibujar, de carácter topográfico, referentes cada uno al territorio de la respectiva parroquia..

Sólo con la suma de descripciones como ésta, mejores incluso que las Relaciones geográficas de Indias, es como se podrá elaborar una historia de Hispanoamérica verdaderamente global y con detalles y cifras difíciles de encontrar en otras fuentes o en testimonios tan sinceros y tan de primera mano..

Esperemos que esta segunda serie del Corpus Hispanorum de Pace siga proporcionándonos otras fuentes de investigación tan valiosas y útiles como la presente.

Pedro BORGES MORÁN
Universidad Complutense de Madrid
Revista de Indias. Año 2002, nº 226

viernes, 5 de diciembre de 2008

LA VISITA PASTORAL DEL ARZOBISPO CORTÉS Y LARRAZ


LA VISITA PASTORAL DEL ARZOBISPO CORTÉS Y LARRAZ


(Guatemala, 1768-1700)


En febrero de 1768 llegó el arzobispo Cortés y Larraz a su diócesis y en noviembre del mismo año inició la visita la visita pastoral. Durante dos años, con dos descansos en la capital, visitó las 123 parroquias, que se extendían por Guatemala y El Salvador, recorriendo más de 5.000 km por caminos accidentados y tortuosos.

En 1771 envió al rey un amplio informe de su visita que tituló “Descripción geográfico-moral de la diócesis de Goathemala…” donde hace un minucioso análisis de la citación religiosa de cada una de las parroquias, añadiendo numerosos datos sobre los lugares visitados y vida de sus diocesanos, de tal manera que lo convierten en una importantísima fuente de información para historiadores y estudiosos de aquella región en el siglo XVIII. Añadió, además, un mapa en color de cada una de las parroquias.

En 1958 la Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala publicó, por primera vez, la “Descripción geográfico-moral de la diócesis de Goathemala …” en dos tomos de 300 páginas cada uno. Supuso un paso muy importante la publicación de este documento, aunque en España apenas fue conocido.

El Departamento de Publicaciones del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) publicó en 2001 esta obra que apareció con el número 9 de la Colección CORPUS HISPANORUM DE PACE. Consta de un volumen de 542 pp. de texto e índices, más otras 58 con los mapas en color de las parroquias.

La presente edición ha sido preparada (utilizando el manuscrito original, que se conserva en el Archivo General de Indias) por Julio Martín Blasco y Jesús María García Añoveros, quienes también son autores de una biografía del arzobispo don Pedro Cortés y Larraz, publicada en 1992 por el Ayuntamiento de Belchite como homenaje a este ilustre belchitano.

El arzobispo Cortés y Larraz falleció en Zaragoza el 7 de julio de 1786 y fue enterrado en el panteón del templo de Nuestra Señora del Pilar.

JULIO MARTÍN BLASCO
Año 2002

jueves, 4 de diciembre de 2008

EL ALLONDERO




EL ALLONDERO

Uno de los árboles que suscita recuerdos de mi infancia es el conocido en nuestro pueblo con el nombre de allondero. En mis paseos, los veo todos los días plantados a lo largo de calles y paseos de la ciudad de Badajoz y también los he encontrado en otras poblaciones.

Cuando he intentado conocer algo de este árbol, lo primero que he observado es que su nombre apenas es conocido, a pesar de que tiene diversas denominaciones, según las regiones en donde se encuentra. Su nombre más común es el de almez y su fruto se llama almecina y almeza. En Aragón se le conoce como latonero y alatonero; en Cataluña como lladoné y lledoner; en Navarra como lodoño; en Galicia como lodoeiro; en Valencia como llidoner y aligonero y en Castellón como lidón.

Al no aparecer entre estos nombres el de allondero he pensado que éste pudo tener su origen en una deformación de los otros nombres que recibe en Aragón y en Cataluña. Sería interesante conocer más de este origen y del área de extensión de este localismo. En Josa (Teruel) se llama latonero y allondero.

Es árbol que normalmente no alcanza mucha altura. Su reproducción y cultivo no necesitan grandes cuidados. Pertenece a la familia de las ulmáceas (junto con el olmo) y se le conoce botánicamente como celtis australis. Su tronco, recto, tiene la corteza lisa y grisácea. Sus hojas, caducas, son de color verde oscuro y ásperas. Su futo (comestible, ácido y de sabor agradable) es redondo, como de un centímetro de diámetro; cuando ha madurado, es amarillo por dentro y está cubierto por una piel oscura. Su área de cultivo se extiende por la región mediterránea también se encuentran ejemplares en Castilla la Nueva, Aragón, Navarra y Extremadura.

Su fruto madura ya bien entrado el otoño. Hace ya años que en nuestro pueblo algunos chicos faltaban a la escuela, principalmente por las tardes, e iban a coger allondos a Tercón y a otros lugares. Algunos de nuestros mayores tal vez recuerden las “caricias” que les propinaba, al día siguiente, el maestro don Luis Muñoz por dicha ausencia. También se vendían los allondos, junto con otras golosinas, en los puestos callejeros a donde acudían los pequeños para gastarse sus “perricas”. Y existía la mala costumbre de disparar los huesos soplándolos con fuerza por un canuto, con el peligro de golpear en algún ojo, como alguna vez sucedería.

El camino que conducía a la Chama se llamaba también “camino del allondero” por uno de estos árboles que había allí y aún se recuerda aquella copla:

Al allondero de don Justo
Le han hecho una gusanera.
Dicen si es o no es
El Tuerto de la Cocinera.
JULIO MARTÍN BLASCO Año 2000

lunes, 1 de diciembre de 2008

DATOS SOBRE LA ENSEÑAZA EN BELCHITE DURANTE LOS SIGLOS XVIII Y XIX (I)

DATOS SOBRE LA ENSEÑANZA EN BELCHITE DURANTE LOS SIGLOS
XVIII Y XIX (I)


Tradicionalmente se han distinguido en la enseñanza tres grados o niveles: elemental, medio y superior. Las primeras manifestaciones de la enseñanza en nuestro pueblo aparecerían, como en otros lugares, en la escuela parroquial. Estas instituciones se establecieron desde muy antiguo junto a las parroquias y estaban dirigidas por los párrocos u otros clérigos y, a veces, por los sacristanes.

Con el tiempo también los municipios abrieron escuelas públicas elementales. Consta documentalmente que en Belchite existía ya, en 1757, una escuela para niños, regentada por el organista de la parroquia. Hasta dicho año, “el propio de el común” es decir, el Ayuntamiento, pagaba al maestro de niños 100 libras jaquesas que, a partir de entonces, quedaron reducidas a 70.

Después de la clausura del convento de los Agustinos de Belchite en 1835, la escuela de primeras letras estuvo establecida en dicho edificio, probablemente, hasta la construcción de las escuelas del Ferial.

Siendo párroco de Belchite don Gregorio Galindo (1711-1736), un grupo de señoras formaron un beaterio y, como una de sus actividades principales, se dedicaban a la enseñanza de las niñas. Años más tarde, se transformó en el convento de las Madres Dominicas de San Rafael y abrieron al público las nuevas escuelas para párvulos y niñas en 1781.

En 1741 funcionaban en el convento de San Agustín las aulas de Gramática y Filosofía, que estaban situadas en el claustro bajo. Las escuelas de Gramática equivalían a la enseñanza media. A las clases de Filosofía asistían también estudiantes de los pueblos vecinos (probablemente aspirantes al sacerdocio) como consta en las visitas pastorales.

En 1757 el Ayuntamiento de Belchite fundó una escuela de Gramática cuya dirección encomendó a los agustinos comprometiéndose a abonarles 40 libras jaquesas al año. Además los padres de los alumnos les “les pagarán un real de plata cada un mes y los forasteros dos y a los pobres así de la villa como los forasteros deberá ser francam[en]te y sin emolum[en]to alguno”. En el mismo documento se dice que anteriormente había existido ya escuela de Gramática, pero se había cerrado por falta de pago al maestro.

El arzobispo Cortés y Larraz fundó en Belchite otra escuela de Gramática o Magisterio de Latinidad, posiblemente hacia 1782, después de su regreso de Guatemala. Además dejó establecido que, de las rentas que producía su fundación se destinaran 15º5 reales de vellón para cuatro estudiantes de la villa (seguramente para seguir estudios eclesiásticos). La escuela de Gramática funcionaba todavía en 1854 y estaba dirigida por el maestro de Latinidad don Melitón Gaspar, aunque el legado para los cuatro estudiantes se había dejado de pagar por falta de rentas.

En 1846 ya existía una escuela de primeras letras dotada con 4.000 reales de vellón que pagaban los padres de los 120 alumnos que acudían a ella. Estaba atendida por un maestro titular y un ayudante, al que se le pagaba aparte. Había también una escuela privada, regentaba por un antiguo maestro de la localidad, con 30 niños. A las escuelas del convento de San Rafael asistían 180 niñas.

En 1857 se aprobó la ley de Instrucción Pública (la llamada Ley Moyano, que estuvo vigente hasta la de 1945) declarando obligatoria la enseñanza primaria. En 1882 era dos las escuelas de niños y estaban sostenidas por el municipio. Para las niñas funcionaban otras dos escuelas en el convento. El total de alumnos era de 400.

JULIO MARTÍN BLASCO
Año 1998

DATOS SOBRE LA ENSEÑANZA EN BELCHITE DURANTE LOS SIGLOS XVIII Y XIX (II)

DATOS SOBRE LA ENSEÑANZA EN BELCHITE DURANTE LOS SIGLOS
XVIII Y XIX (II)

Para completar los datos sobre la enseñanza, debemos referirnos debemos referirnos a las que se impartían en el Seminario en sus dos etapas de funcionamiento: como Seminario Sacerdotal (1721-1740?) y como Seminario Menor (1866-1936).

Hasta la fundación del Seminario Sacerdotal de Belchite, los estudios eclesiásticos se cursaban en Zaragoza, principalmente en su Universidad. A partir de entonces, se abrió en Belchite un nuevo centro para la formación de los aspirantes al sacerdocio. Según establecía el acta fundacional, para ingresar era necesario haber estudiado perfectamente la Gramática y algo de Filosofía. Como materias para los estudios posteriores se señalaban la Teología Moral, Sagrada Escritura, Concilioc, Liturgia, Canto Gregoriano, Doctrina Cristiana y Predicación.

En 1864 el arzobispo García y Gil, después de restaurar el viejo y destartalado edificio de Belchite, fundó allí el Seminario Menor. Los aspirantes debían aprobar un examen para demostrar que superaban las materias de primera enseñanza (lectura, escritura, las cuatro reglas aritmética y la doctrina cristiana). El Seminario empezó a funcionar en el curso 1866-1867 con 29 alumnos, de los cuales 13 eran naturales de Belchite. Los internos pagaban 5 reales diarios; los externos recibían los estudios gratis, sólo debían abonar los derechos de matrícula y examen.

En 1868 funcionaban ya los tres primeros cursos de segunda enseñanza con las siguientes asignaturas: Gramática latina y castellana, perfección del Latín y Retórica, Gramática griega, Catecismo e Historia Sagrada, Historia Universal y de España, Geografía, Aritmética y Álgebra. Como los estudios estaban reconocidos por el Estado, los alumnos que abandonaban el Seminario podían seguir otras carreras.

En 1877 (ya estaban funcionando los cuatro cursos de Latín y Humanidades) los dominicos se hicieron cargo del Seminario y fue nombrado presidente el P. Pedro Romero (había sido profesor de Griego y Hebreo en las universidades de Madrid, Valencia y Salamanca). Los dominicos abandonaron el Seminario al terminar el curso 1886-1887 (el cardenal García y Gil había fallecido en 1881).

En 1913 el arzobispo Soldevila y Romero encomendó la dirección del Seminario Menor a los Operarios Diocesanos. En 1930 estudiaban 214 alumnos.

La guerra de 1936-1939 supuso el fin del Seminario Menor de Belchite.

JULIO MARTÍN BLASCO (Año 2001)

jueves, 27 de noviembre de 2008

DON GREGORIO GALINDO, PÁRROCO DE BELCHITE (1711-1736)

DON GREGORIO GALINDO, PÁRROCO DE BELCHITE (1711-1736)

En 1711 llegaba a Belchite su nuevo párroco don Gregorio Galindo. Tenía 27 años de edad y ésta era su primera parroquia. Anteriormente había sido Capellán Mayor de Ntra. Sra. del Pilar y la iglesia de san Cayetano fue también escenario de su ministerio sacerdotal.

Don Gregorio tenía así organizada su jornada de trabajo. Al hacerse de día, una vez terminados sus rezos y la misa, ocupaba el confesonario y allí permanecía hasta mediodía. Se retiraba a su casa y atendía los asuntos propios del gobierno de la parroquia, dedicando también algún tiempo al estudio.

Al ponerse el sol, acudía todas las tardes a la iglesia en donde se hacía meditación y se rezaba el rosario. Al anochecer visitaba a los enfermos y en muchas ocasiones, junto al consuelo espiritual, les ayudaba con su limosna. Volvía a casa y rezaba de rodillas el Oficio Divino. Se retiraba a descansar a medianoche. Además, entre semana, atendía otras actividades, como catequesis, predicación, canto del rosario por las calles del pueblo, etc.

El 5 de octubre de 1714 tomaba posesión de la sede zaragozana su nuevo arzobispo don Manuel Pérez de Araciel. Conocedor del celo pastoral y virtudes del joven párroco de Belchite, le encomendó la dirección del Seminario Sacerdotal que, con carácter experimental, empezó a funcionar en Belchite en el año 1721.

Don Gregorio impulsó las obras del nuevo santuario de Ntra. Sra. del Pueyo que fue inaugurado el 25 de mayo de 1725. Bajo su dirección y apoyo, algunas piadosas señoras organizaron un beaterio que fue el germen del convento de las MM Dominicas de San Rafael.

En 1726 fue confirmado en su cargo de director del Seminario al ser fundado oficialmente este centro y en el mismo año el arzobispo Pérez de Araciel lo propuso como obispo auxiliar. En esta situación siguió residiendo en Belchite, conservando su cargo de párroco que, en muchas ocasiones, atendía personalmente “confesando, predicando y administrando a enfermos y sanos los Santos Sacramentos”.

El 5 de octubre de 1735 fue nombrado obispo de Lérida. Considerándose indigno de tal cargo, escribía así al rey Felipe V: “Mis Estudios, Señor, y experiencia se reducen a un pobre Curato de la Villa de Belchite, que hace veinte y quatro años que sirvo …”

En 1736 don Gregorio Galindo marchó desde Belchite (en donde había permanecido durante 25 años) a Lérida cuya diócesis gobernó hasta el 11 de diciembre de 1756, fecha de su muerte.

Os invito a conocer más detalles de esta interesante vida en mi libro Don Gregorio Galindo, Párroco de Belchite (1711-1736) y Obispo de Lérida (1736-1756). Apuntes para una biografía.
JULIO MARTÍN BLASCO

miércoles, 26 de noviembre de 2008

LAS INSCRIPCIONES DE LA PLAZA DE LA IGLESIA DEL PUEBLO VIEJO


LAS INSCRIPCIONES DE LA PLAZA DE LA IGLESIA DEL PUEBLO VIEJO


Los visitantes que recorren las calles del viejo Belchite suelen detenerse ante los restos de las inscripciones de la plaza de la Iglesia. A nosotros los belchitanos, a fuerza de verlas ya no nos llaman la atención, pero no debemos olvidar que constituyen una síntesis de la historia religiosa de nuestro pueblo.

Estas inscripciones correspondían a unos bajorrelieves que, en forma de medallones, representaban a ilustres eclesiásticos nacidos en nuestro pueblo o relacionados con el mismo. Según el sacerdote belchitano don Francisco Izquierdo Trol, su colocación se hizo por iniciativa del párroco don Felipe Ayala Gil (1877-1913), cuando se construyó la Casa del Curato, junto a la iglesia parroquial. Estaban bajo los antepechos de seis ventanas.

Cuando en 1986 me propuse investigar las vidas de las personas que figuraban representadas allí, sólo quedaban cinco inscripciones en cuyos centros se veían las siluetas de los relieves desaparecidos, todas ellas situadas en la pared que cierra el lado mayor de la plaza. Después han desaparecido otras dos. Aunque con dificultad, podía leerse:

D. PEDRO ABELLA, MAGISTRAL DE ZARAGOZA, NACIÓ EN BELCHITE, 1610.

ILMO. SR. D. PEDRO CORTÉS, ARZOBISPO DE GUATEMALA, OBISPO DE TOROSA, NACIÓ EN BELCHITE, 1712.

ILMO. SR. D. MANUEL PÉREZ DE ARACIEL, ARZOBISPO DE ZARAGOZA, FUNDÓ EL SEMNINARIO DE BELCHITE, 1726.

ILMO. SR. D. GREGORIO GALINDO, PÁRROCO DE BELCHITE. AÑO 1711, OBISPO DE LÉRIDA.

D. JUAN DE BOLUZ, CELOSO CATEQUISTA, ARCEDIANO DE BELCHITE, + AÑO 1564.

La sexta inscripción pudo estar situada en la fachada que existía delante de la torre, bajo una pequeña capilla o a continuación de la correspondiente a don Juan de Boluz y pudo estar dedicada a don Manuel García Gil, arzobispo de Zaragoza, fundador del Seminario Menor de Belchite en 1866, después de restaurar el edificio.

Terminamos con una pregunta. ¿No sería posible reproducir estas inscripciones en la nueva parroquia?
NOTA.- Según me comunica el párroco de Belchite han reproducido estas inscripciones y próximamente las colocarán en un lugar adecuado.
JULIO MARTÍN BLASCO
Año 1995

viernes, 31 de octubre de 2008

Gozos de Nuestra Señora de los Desamparados de Belchite

Novena. Edición de 1797

Maria tu heroico zelo
nos ampare con clemencia
Pues siendo flor en Valencia
eres en Belchite Cielo

Madre de Desamparados
te llama la devocion,
porque en tanta proteccion
tiene sus bienes fundados:
en los males el consuelo
ofrece tu Providencia.

Vuestra soberana hechura
la de Valencia imitando
está con ella llevando
mas copiada la hermosura:
del Artífice el desvelo
en vos encontró la ciencia.

En Valencia huvo contienda
por verte tan parecida
a su perla esclarecida
y assi te quiso por prenda:
pero alló el mas fino anelo
lograda la competencia.

Pleitando con ansias fuertes
a las suertes apelaron
y por suerte te tocaron
a Belchite las diez suertes:
libre de tal desconsuelo
se miró por tu clemencia.

Te recibieron con palmas
como á palma de Cadés,
como de Sión Cipres,
y refugio de las almas:
en tu templo sin recelo
se logra toda excelencia.

De prodigio tan notorio
fia Belchite contento
trasladará al firmamento
las Almas del Purgatorio:
las subirá con su buelo
á la celeste eminencia.

En tu Imagen pura y bella
que brilla con arrebol
tiene Belchite su sol
y en ti le nacio la estrella:
tu luz le ampara con celo
y divina preeminencia.

Ya no teme los rigores
Belchite del enemigo
pues con tu amparo y abrigo
logra copiosos favores:
luz eres para el consuelo
con tu divina presencia.


Novena. Edición de 1898

María, tu ardiente celo
nos ampare con clemencia.
pues siendo flor en Valencia
eres en Belchite Cielo.

Madre de Desamparados
te llama la devoción,
porque en tanta protección
tiene sus bienes fundados:
en los males el consuelo
ofrece tu Providencia.

Vuestra perfecta escultura
la de Valencia imitando
está con ella mostrando
más completa su hermosura:
del Artífice el desvelo
en vos encontró la ciencia.

En Valencia hubo contienda
por verte tan parecida
á su perla esclarecida,
y asi te quiso por prenda:
pero halló el más fino anhelo
lograda la competencia.

A causa de pleitos fuertes
al sorteo allí apelaron,
y por gracia le tocaron
á Belchite siete suertes;
libre de tal desconsuelo
se miró por tu clemencia.

Te recibieron con palmas
como azucena de Cádes,
como de Sión Ciprés,
y refugio de las almas:
en tu templo sin recelo
se logra toda excelencia.

De prodigio tan notorio
fía Belchite contento
trasladará al firmamento
las Almas del Purgatorio:
las subirá con su vuelo
a la celeste eminencia.

En tu imagen pura y bella
que brilla con arrebol
tiene el Seminario el sol,
y en ti le nació la estrella:
tu luz le ampara con celo,
y divina preeminencia.

Ya no teme los rigores
del tentador enemigo
pues con tu amparo y abrigo
logra copiosos favores;
luz eres para el consuelo
con tu divina presencia

Aquí á tus plantas postrados
tus pobres hijos te aclaman,
te bendicen y te llaman
madre de Desamparados:
del Seminario modelo
haga este vuestra clemencia.

Concédeme, Madre mía,
que el amparo de tu manto
pueda hacerme sabio y santo,
¡oh dulcísima María:
que esta casa por tu anhelo
brille en santidad y en ciencia.

domingo, 5 de octubre de 2008

LAS CAMPANAS QUE UN DÍA DEJARON DE SONAR(1937-2007)









Las campanas de mi pueblo
Sí que me quieren de veras,
Se alegraron cuando nací
Y llorarán cuando muera.
(Copla popular)

En la torre de la antigua parroquia de San Martín (Pueblo Viejo de Belchite) había tres campanas. Dos estaban colocadas, bajo sendos arcos, en la cara que daba a la plaza y la otra en un lateral. Sus nombres, grabados sobre las mismas, y que todavía recordarán nuestros mayores, eran Martina, Valera y María del Pueyo. La más reciente era esta última que había sido instalada hacia 1922.

Nuestras campanas estaban integradas en la vida de la población y se manifestaban alegres en sus alegrías y tristes en sus tristezas. Sus sonidos, festivos o fúnebres, cabalgando a lomos del viento, llegaban a todos los lugares.

Durante la semana santa enmudecían como señal de respeto por la muerte del Señor y sus toques eran sustituidos por el monótono tableteo de una gran carraca colocada sobre el coro (puede verse en las fotografías de la época). Saltaban alegres y alborozadas en el Sábado de Gloria (como anticipo a la resurrección de Cristo). También lo hacían en las vísperas y solemnidades del año uniéndose así a la alegría de los parroquianos. En cambio, con sonidos lentos y graves acompañaban las notas del Miserere para darles el último adiós.

Pero un día dejaron de sonar las campanas de la antigua parroquia de San Martín.

Tres, eran tres las campanas que, hace setenta años, dejaron de tañer.

sábado, 20 de septiembre de 2008

BIBLIOGRAFIA

BELCHITE (Bibliografía).

JOSEF COTTENS: Novena a Nuestra Señora de los Desamparados de la Villa de Belchite. Zaragoza, 1797. Imprenta de Ibáñez. 40 pp. Edición facsímil año 2005.
ROBERTO SOLANAS, Rector de [l Seminario de] Belchite: Novena a Nuestra Señora de los Desamparados . Zaragoza, 1898. Imp. de Soteras y Monforte. 22 pp. Edición facsímil año 2004.
JOAQUÍN PINTANED TERESA: Apuntes históricos sobre la santa imagen de Nuestra Señora del Pueyo de Belchite, su santuario y su culto. Zaragoza. Tip. de Comas Hermanos, Pilar 1, 1901, 142 pp.
CAPITÁN DE DIEGO, TENIENTE QUINTANA Y TENIENTE ROYO: Belchite. Barcelona, Editora Nacional, 1939, 205 pp.
EMILIO OLIVER ORTIZ: Emociones de un sitiado (Belchite regina martyrum). Barcelona, Editorial Amaltea, S. A., 1942, 280 pp.
DIRECCIÓN GENERAL DE REGIONES DEVASTADAS: Reconstrucción. (Número monográfico dedicado a Belchite). Nº 127, Madrid, 1955, 46 pp.
AMARO IZQUIERDO: Belchite a sangre y fuego. Barcelona, Ediciones Acervo, 1976, 288 págs.
JUAN GASCA SALÓ: El Seminario de Belchite. Zaragoza, 1986, 168 pp.
AGUSTÍN TRINCHÁN SANZ: Recuerdos del viejo Belchite y su comarca. Zaragoza, 1987, 84 págs.
JESÚS BAQUERO MILLÁN: Inventario del patrimonio arquitectónico del pueblo viejo de Belchite (Zaragoza). Zaragoza, Institución Fernando el Católico de la Diputación Provincial, 1988, 164 pp.
JOAQUÍN PINTANED TERESA, EMILIO ALLOZA CANFRANC: Apuntes históricos de Nuestra Señora del Pueyo de Belchite. Zaragoza, 1989, 284 pp. 2ª edición.
JULIO MARTÍN BLASCO: Congregación y Seminario de Sacerdotes Seculares Misionistas de la Virgen Santísima de Desamparados de Belchite (Zaragoza). Badajoz. Excmo. Ayuntamiento de Belchite (Zaragoza), 1991, 180 pp.
JULIO MARTÍN BLASCO Y JESÚS MARÍA GARCÍA AÑOVEROS: El Arzobispo de Guatemala )don Pedro Cortés y Larraz (Belchite 1712, Zaragoza 1786. Badajoz. Excmo. Ayuntamiento de Belchite (Zaragoza), 1992, 466 pp.
JULIO MARTÍN BLASCO Y MANUEL BARRUECO SALVADOR (OSA): El convento de San Agustín de Belchite (Zaragoza). Datos para su historia (1594-1994). Badajoz. Excmo. Ayuntamiento de Belchite (Zaragoza), 1994, 228 pp.
CAPITÁN DE DIEGO, TENIENTE QUINTANA Y TENIENTE ROYO: Belchite. Oviedo, TARFE, Artes Gráficas, S. L., 1995, 202 pp. 2ª edición.
JULIO MARTÍN BLASCO: Don Gregorio Galindo, párroco de Belchite (1711-1736), obispo de Lérida (1736-1756). Apuntes para una biografía. Badajoz. Excmo. Ayuntamiento de Belchite (Zaragoza), 1996, 128 pp.
ANTONIO MORENO VICENTE: Memoria sobre geografía médica de Belchite. Zaragoza. Diputación de Zaragoza con la colaboración del Ayuntamiento de Belchite, 1996, 57 pp.
JOSE MARÍA BELTRÁN PÉREZ: Gestas- 1809, 1936 y la construcción del nuevo Belchite. Zaragoza, 1997, 211 pp.
JOSÉ MARÍA BELTRÁN PÉREZ: Ofensiva enemiga sobre Belchite y su defensa por el ejército nacional. Zaragoza, 1997, 97 pp.
JULIO MARTÍN BLASCO: El pueblo viejo de Belchite. Imágenes, notas históricas, noticias y evocaciones. Badajoz. Excmo. Ayuntamiento de Belchite (Zaragoza), 1998, 235 pp.
JESÚS M. FRANCO ANGUSTO: Belchite siglo XVIII. Excmo. Ayuntamiento de Belchite, 1999, 271 p.
JAIME CINCA YAGO, GUILLERMO ALLANEGUI BURRIEL Y ANGEL P. ARCHILLA NAVARRO: El viejo Belchite .La agonía de un pueblo. Zaragoza. Gobierno de Aragón. Departamento de Educación, Cultura y Deporte, 2008, 291 pp.
RAFAEL SÁNCHEZ PLAZA: Belchite. La villa mártir de la revancha roja. Zaragoza. Hermandad Nacional de Banderas de Falange de Aragón. S.f. 75 pp.