viernes, 26 de noviembre de 2010

NOTAS BIBLIOGRAFICAS

MARTÍN BLASCO, Julio, BARRUECO, Manuel. El Convento de San Agustín de Belchite (Zaragoza) (1594-1994). Excmo.Ayuntamiento de Belchite (Zaragoza), 1994, 204 pp.

Doña Hipólita Fernández de Heredia, esposa de don Luis de Híjar, duque de Híjar y conde de Belchite, en testamento otorgado el 31 de julio de 1565,m donó unos bienes para la fundación de Belchite de un convento de la Compañía de Jesús. Los padres jersuitas, por diversas circunstancias, no pudieron llevar a efecto la fundación, haciéndose cargo de la misma los religiosos agustinos, los cuales, con parte del legado testamentario, fundaron convento el 25 de mayo de 1594. La fundación primigenia fue en la ermita del Pueyo de Belchite. La considerable distancia de la ermita del pueblo, que provocaba inconvenientes de todo tipo a la comunidad, hizo que los religiosos se trasladaran al pueblo en 1597. En 1835, después de casi 250 años de permanencia en Belchite, los religiosos abandonaron definitivamente el convento e iglesia en virtud del decreto de 11 de octubre, que decidió la expulsión de las órdenes religiosas.
Son de destacar en el libro que comentamos: las capitulaciones y concordias privadas entre los religiosos y el capítulo parroquial, previas al traslados; el minucioso estudio, dentro de las lititaciones documentales y las ruinas actuales del edificio, del convento e iglesia de los agustinos; los datos, aunque incompletos por falta de documentación, de los religiosos que vivieron a lo largo de los años en el convento; los problemas originados por las herencias recibidas por dos religiosos entre sus herederos y la comunidad; una interesante relación de los bienes que poseía el convento en 1755, cuya suma era suficiente para que los religiosos pudieran llevar una vida digna; el desempeño a partir de 1757, de la dirección y actividades docentes de la escuela de gramática fundada por el ayuntamiento.
La obra está muy bien documentada en fuentes directas. Del Archivo Histórico Nacional destacan los documentos testamentarios fundacionales que tratan, principalmente, de asuntos económicos y capellanías y el “Libro Capbreo y origen de las Rentas Censales, Treudos y Bienes Sitios que posee el Convento de n. P. S. Agustín de Belchite de 1772”. También se reseñan interesantes documentos del Archivo de la Casa de Híjar, referentes al capítulo fundacional del convento.
El libro encierra una meritoria y acuciosa investigación sobre un hecho concreto:el convento de los agustinos de Belchite. Entra dentro de una línea de investigación, afortunadamente en auge, que se centra en el estudio de personas, lugares o instituciones particulares , que, precisamente por su peculiaridad han sido dejadas a un lado, con relativa frecuencia, por los historiadores profesionales, con el peligro de caer en el abandono histórico. El rescate de estos fenómenos históricos “humildes”, que, en el fondo, poseen un valor innegable, están siendo llevados a cabo, en buena medida, por beneméritas personas, las cuales, con tenacidad, dedicación y no pocos sacrificios personales, realizan una labor histórica encomiable, que cubre muchas lagunas de nuestro pasado. Don Julio Martín Blasco, autor principal de la obra que comentamos, es un ejemplo a resaltar en este tipo de trabajos, pues ha conseguido, en diversas publicaciones, dar a luz importantes investigaciones sobre el pasado de Belchite, destacando el amplio estudio sobre el arzobispo de Guatemala, don Pedro Cortés y Larraz, hijo de Belchite. El libro está muy bien editado y lleva adjunta una excelente documentación gráfica. Es de destacar el generoso apoyo del ayuntamiento de Belchite para este tipo de obras.
JESÚS MARÍA GARCÍA AÑOVEROS
Medievalia Hispaníca
Hispania Sacra 47 (1995)

sábado, 13 de noviembre de 2010

RESEÑA DE LIBROS RELACIONADOS CON BELCHITE


CONGREGACIÓN Y SEMINARIO DE SACERDOTES SECULARES MISIONISTAS DE LA VIRGEN SANTISÍSIMA DE DESAMPARADOS DE BELCHITE (ZARAGOZA).

PRÓLOGO

Al viajero que se acerca a Belchite por el Sur, le salen al encuentro, al borde de la carretera, unas ruinas de ladrillo, restos, al parecer, de una ermita de considerables dimensiones. Son un anticipo de la visión dantesta que ofrece el pueblo viejo, como cicatrices de un capítulo turbulento de nuestro pasado reciente. El viajero difícilmente sospechará que puedan ser las ruinas de la iglesia del seminario y que junto a ellas se alzara un magnífico edificio, que en tiempos de su erección, en el siglo XVIII, era considerado como uno de los mejores del Reino.

Arrasado el edificio, puede quedar también arrasado su recuerdo en nuestra frágil memoria. Julio Martín Blasco, un belchitano enamorado de su tierra, ha hilvanado pacientemente una documentación que nos legaron nuestros antepasados para sacar a la luz tiempos gloriosos de la villa de Belchite, en los comiezos del siglo XVIII,

Estas páginas contribuyen a sacar del olvido a una institución, la Congregación de Sacerdotes Misionistas, que floreció y que tuvo un gran influjo no solo en Aragón, donde había nacido, sino también en otras diócesis españolas.

Es precisamente en los albores del siglo XVIII, y como reacción a las secuelas negativas que la guerra de Sucesión había dejado en la vida cristiana, cuando surge en Aragón un movimiento de renovación, mediante pequeños grupos de sacerdotes, llamados seminarios sacerdotales. Un sacerdote oscense, Francisco Ferrer será el abanderado del movimiento que se inicia en la diócesis de Barbastro y que pronto se propaga a todas las diócesis aragonesas. En la diócesis de Zaragoza, su arzobispo don Manuel Pérez de Araciel se volcó generosamente en la fundación del seminario sacerdotal de Belchite, aunque la muerte le sorprendió sin ver la coronación de los planes que se había propuesto.

Al Seminario de Sacerdotes Seculares Misionistas de la Virgen Santísima de Desamparados se ha aplicado Julio Martín Blasco de una manera rigurosa y minuciosa. Es de agradecer el tesón del autor para enfrentarse con una serie de dificultades, llevado del deseo y la voluntad de aportar nuevos datos que contribuyan a recuperar las conocemos las vicisitudes de la nueva fundación, los sucesos prósperos y adversos, su vida, sus hombres y sus edificios.

Los lectores sabrán apreciar, no lo dudamos, esta contribución a nuestro pasado histórico en donde se aprecia también la importancia que los seminarios sacerdotales tuvieron en el siglo XVIII para la preparación y renovación del clero.

Javier CALVO GUINDA

viernes, 5 de noviembre de 2010

COPLAS DEL VIEJO BELCHITE

COPLAS DEL VIEJO BELCHITE


Margarita preciosa
¿Qué haces ahí abajo?
Llevas la saya rota,
Échale un “piazo”.

Del trigo sale la harina
Y de la harina los molletes
Y de los molineritos
Salen los molineretes.

Madre, venga usted corriendo
Que he visto una cosa muy rara:
Tres mujeres en un horno
Sin hablar una palabra.

Mañica, si te pillara
Donde cantan las perdices.
Allí me habrías de pagar
La palabra que me diste.

Mocitas las que servís,
Preparad la ropa luego,
Que a veinticuatro, san Juan
Y a veintinueve, san Pedro.

Me metí en un carrascal
Y me cargaron de leña.
Todo se puede aguantar
Por unas chica morena.