sábado, 13 de noviembre de 2010
RESEÑA DE LIBROS RELACIONADOS CON BELCHITE
CONGREGACIÓN Y SEMINARIO DE SACERDOTES SECULARES MISIONISTAS DE LA VIRGEN SANTISÍSIMA DE DESAMPARADOS DE BELCHITE (ZARAGOZA).
PRÓLOGO
Al viajero que se acerca a Belchite por el Sur, le salen al encuentro, al borde de la carretera, unas ruinas de ladrillo, restos, al parecer, de una ermita de considerables dimensiones. Son un anticipo de la visión dantesta que ofrece el pueblo viejo, como cicatrices de un capítulo turbulento de nuestro pasado reciente. El viajero difícilmente sospechará que puedan ser las ruinas de la iglesia del seminario y que junto a ellas se alzara un magnífico edificio, que en tiempos de su erección, en el siglo XVIII, era considerado como uno de los mejores del Reino.
Arrasado el edificio, puede quedar también arrasado su recuerdo en nuestra frágil memoria. Julio Martín Blasco, un belchitano enamorado de su tierra, ha hilvanado pacientemente una documentación que nos legaron nuestros antepasados para sacar a la luz tiempos gloriosos de la villa de Belchite, en los comiezos del siglo XVIII,
Estas páginas contribuyen a sacar del olvido a una institución, la Congregación de Sacerdotes Misionistas, que floreció y que tuvo un gran influjo no solo en Aragón, donde había nacido, sino también en otras diócesis españolas.
Es precisamente en los albores del siglo XVIII, y como reacción a las secuelas negativas que la guerra de Sucesión había dejado en la vida cristiana, cuando surge en Aragón un movimiento de renovación, mediante pequeños grupos de sacerdotes, llamados seminarios sacerdotales. Un sacerdote oscense, Francisco Ferrer será el abanderado del movimiento que se inicia en la diócesis de Barbastro y que pronto se propaga a todas las diócesis aragonesas. En la diócesis de Zaragoza, su arzobispo don Manuel Pérez de Araciel se volcó generosamente en la fundación del seminario sacerdotal de Belchite, aunque la muerte le sorprendió sin ver la coronación de los planes que se había propuesto.
Al Seminario de Sacerdotes Seculares Misionistas de la Virgen Santísima de Desamparados se ha aplicado Julio Martín Blasco de una manera rigurosa y minuciosa. Es de agradecer el tesón del autor para enfrentarse con una serie de dificultades, llevado del deseo y la voluntad de aportar nuevos datos que contribuyan a recuperar las conocemos las vicisitudes de la nueva fundación, los sucesos prósperos y adversos, su vida, sus hombres y sus edificios.
Los lectores sabrán apreciar, no lo dudamos, esta contribución a nuestro pasado histórico en donde se aprecia también la importancia que los seminarios sacerdotales tuvieron en el siglo XVIII para la preparación y renovación del clero.
Javier CALVO GUINDA
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