sábado, 19 de febrero de 2011
MAQUETA DEL SEMINARIO DE BELCHITE
Debo confesar que nunca había realizado un trabajo semejante. Por eso no conocía sus dificultades y, tal vez por eso, me decidí a acometerlo. Se trataba de hacer una maqueta del Seminario de Belchite. En esta ocasión las razones afectivas vencieron a las dificultades. La primera consistía en resolver el problema de la escala. Algo se hubiera conseguido visitando las ruinas del edificio, pero no me resultaba posible viajar a Belchite.
Una señora me preguntó que cómo lo habia resuelto y le hizo gracia al contestarle yo “Con ojo de mal cubero”.
Ya son pocas las personas que conocieron este edificio. Yo publiqué unos datos que me facilitaron por el año 1986 algunos sacerdotes que pasaron por allí, como don Juan Gasca, don José Conesa, Ángel Soler e Hilario París.
Principalmente me he servido de fotografías. Hay una en que, después de recibir varios cañonazos, se ve el interior del edificio, que esencialmente, consistía en un pasillo y a los lados las diferentes habitaciones. Y sobre todo, he aprendido equivocándome muchas veces. Por eso, si ahora tuviera que empezarla, lo haría de otra manera.
Más adelante daré cuenta de la marcha de mi trabajo que ya va dando resultados. Ya estoy trabajando en la tercera planta (aunque me faltan rematar detalles de la primera y segunda). Prácticamente tengo terminada la capilla de Nuestra Señora de los Desamparados. El único recuerdo que tengo del seminario lo localizo en la sacristía, en donde había algunos sacerdotes que comentaba con mis padres que yo iría a estudiar allí (recuerdo los bonetes que llevaban).
La disposición de algunas de las distintas dependencias fue diferente en el primer periodo de funcionamiento como Seminario Sacerdotal. La intención de su fundador era favorecer el retiro de sus moradores. Por eso en el acta de fundación dice que porque en la casa y ermita primitivas no había habitación necesaria para que con el silencio y retiro convenientes se hagan los santos ejercicios y demás funciones disponía se construyera una habitación muy capaz de cuartos separados.
En cambio, cuando funcionó como Seminario Menor, el arzobispo García Gil prefirió para sus alumnos dormitorios comunes y más relación entre los mismos.
Cuando se fundó el Seminario Sacerdotal (1726), siguiendo el movimiento de renovación del clero iniciada por Francisco Ferrer, ya existía la capilla dedicada a las ánimas del purgatorio, primero y a la Virgen de los Desamparados en 1704. En su construcción abundaba el tapial. En cambio, en el edificio del Seminario se emplearon mejores materiales, principalmente el ladrillo macizo y la piedra. En los laterales de la capilla, junto a los contrafuertes, se encontraban unas habitaciones que, posteriormente las utilizaba el servicio y que se recogen simbólicamente en la maqueta.
(Continuará)
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